Maya Deren, como individua, era muy experimental y estaba fascinada por lo diferente. Como tal, no es sorprendente que el vudú le atraía: la mezcla del misterio y divino, con los tambores y los bailes, era algo en que ella podía sumergirse. Aunque el vudú parece extraño para el mundo occidental, Deren veía algo especial en esta religión. Por su propia elección, decidió ir a Haití para estudiar al vudú, y desde este punto, su interés creció. Creo que viendo los ritos en persona, tal vez hizo Deren sentirse como estuviera en un mundo oculto. Los loas y los sacrificios atraían a Deren porque eran tan diferentes que lo que se puede encontrar en los Estados Unidos. Otra posibilidad es que Deren encontró algo en el vudú que nunca había encontrado antes. No sé qué esto puede ser pero sé que, en muchos casos, las personas con fe encuentran algo en la religión que no pueden encontrar en otro lugar. Pasó mucho tiempo en Haití, filmando los creyentes y escribiendo su libro, y en este tiempo tal vez empezaba a entender las creencias de estas personas, ya no parecen tan extraños. Y cuando viene esta creencia y ella se sumergió completamente en sus estudios (participando en los ritos), quizás se sentía lo que se sentían los creyentes, y con esto empezó su conversión. Sin embargo, creo que su personalidad es el factor clave que permitía al vudú entrar en su vida. Como surrealista y vanguardista, puede ser que ella era propensa a una religión como vudú, una religión tal enigmático.
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